Por
la arboleda el sol va y viene cálido
deslumbra
a las ardillas en las ramas
y la
vida se enciende paso a paso.
La
vida que amamanta cada sueño.
La
mañana se vive en este hombre
que
en el ciprés respira y se consume.
No
puede ver las lindes de sus dedos
esperando
el milagro de más años.
Gota
a gota el tiempo en su costado
maduró
la semilla y la hizo hondura,
combate,
profecía de la noche.
Planeó
como un buitre entre las peñas.
Del
alba y de la noche estamos hechos
y
como ardillas rojas deslumbradas
sembramos
la mañana de esperanza.
El
sol hace los sueños y se marcha.