4 de marzo de 2020

LO POCO QUE ME QUEDA

Nada sé del mañana que me espera
escondido en la noche del ayer
y en el instante.
Se me apagó la luz con el clamor
del viento desplazado por los árboles
y la nieve caída.
Te llaman mis pupilas temblorosas
por el frío que llaman soledad
y me saquea.
Me convirtió en desierto la penumbra,
mi ser nadie en el bosque fluctuante
de unos labios de arena.
Busco siempre la paz en los barrancos,
la sed del mar temprano en las riberas
donde mueren los ríos.

No sé anticiparme a lo que habrá de ser.

Quiero tenerte dentro de mis lindes
que guardan como el mar lo poco que me queda.

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