Bebí todas tus sombras
igual
que si de un vaso de vino se tratase.
Probablemente
tú debiste hacer lo mismo.
No
es hora de balances,
pero
si tú lo quieres te diré
sin
miedo a equivocarme
que
la doble columna del debe y del haber
después
de tantos años perfectamente cuadra.
El
corazón palpita como un mar sosegado
de
vez en cuando herido,
la
vida desarrolla día a día
su
poder de ilusión y de desfase,
el
sol sale y se pone, como siempre
obediente
la puerta cierra y abre
y se
atascan las llaves de lo nuevo,
la
línea recta sigue sin tregua su trazado,
aquel
que comenzó cuando creaba
sus
líneas el dios sabio y geómetra.
Lo
que un día anotaste, hoy ya es eco
y
aquello que no es eco morirá.
Y no
es que no desee
que
alguna cosa cambie.
Es
que el libro de cuentas del contable
hace
mucho que está escrito y cerrado.
Bebí todas tus sombras
igual
que si de un vaso de vino se tratase.
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