Amanecer vestido de ternura
y sol. Juega en mi piel
a los pies de la cama.
Todo el mediterráneo en la terraza
moviendo las cortinas con su música
de brisa azul y agua.
Al silencio le puse un nombre antiguo
“Ulises”, el que vuelve al hogar
con el reloj parado.
El instante es herida que se abre
a otra herida. No olvida
descubrir el amor detrás del cuento.
Digo “vale” y mejoras
la luz con tu desnudo. Sólo soñé la muerte.
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