31 de octubre de 2020

UN ANTIGUO RETRATO DE MI MADRE

Con su mano en la boca

sostiene una sonrisa fatigada.

Tal vez fuera la última.

Un traje de lunares,

un pelo recortado,

los ojos medio  abiertos.

Olvidaron sus párpados pesados

hace ya mucho tiempo

el goce de elevarse.

Como ave de rapiña

la vida le robó lo que más quiso

bastante tiempo antes 

de lo que había supuesto.

La otra mano descansa sobre el vientre

marcando lo que fuera

la raíz de mi vida

como si yo acabara de salir

de aquel refugio. Todo es efímero

me dice su mirada

como si terminara de recoger del patio

la última flor marchita del verano.

 

No tengo una obsesión de eternidad,

menos aún mirando esta mañana

un antiguo retrato de mi madre.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario