Cuaderno de las horas.
La
aurora es una página en blanco,
humilde
y tersa,
la
primera que encuentro para hacer de mi carne
una
simiente.
Que empiecen
a brotar los frutos rojos
como
campos de fresas en la lengua.
A
mediodía ya estarán maduras
las
formas de mi sexo,
producirán
mis ingles la granada y el kiwi
y
crearán su zumo de raíces.
Me
beberá un septiembre
a la
orilla del mar dormido en brisas.
Cuando
llegue la tarde
ejércitos
de luz se harán las horas
para
dejarme estar en las palmeras
a la
sombra del dátil y el cuerpo que me cubre.
Conoceré
desnudo las quejas de la noche
los
cantos de las tórtolas,
la
llamada del búho de las horas contadas,
y el
viento de las danzas repetidas.
En
la portada del cuaderno
tu nombre,
como en todo titular.
Lo
escribo con mayúscula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario