25 de septiembre de 2013

EN LA FRÁGIL PENUMBRA DE UN CANDIL


Hicieron el amor
en la frágil penumbra de un candil.
Mi madre lo decía:
no es fácil apagar la luz de los portales.

Con el pan no se juega,
niño –decía mi madre-,
pero la gente juega.
Se juega con el pan y con el hambre.

La ceguera es no ver,
no ver lo que otros miran
y creen percibir, aunque esté oscuro.
Mi madre me lo dijo: tú estás ciego.

El pan es una luz.
Se apaga suavemente
en los portales donde ni amor se hace
y crece ciega el hambre. Mi madre lo sabía.

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