9 de julio de 2014

CARMEN


La puerta estaba abierta, pero tú estabas fuera
cercada por la luz y por el sol de julio
inmóvil sujetando la brisa humedecida
y el aliento del mar con un abrazo tibio.
Yo te invité a mis brazos y transité los tuyos
jugando entre las ramas del ciprés. Laberinto
de sueños en un nido de alfileres en llamas.
Pero no ocurrió nada. Entre mi sed anduve.

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