Como un caos de trenes
tus ojos y los míos.
Todo marcha deprisa y en la piel
del día se deslíe la belleza
mañanera con pájaros que emigran.
Complaciente en los labios del saludo
la música retorna del pasado.
Los dedos con las sábanas presentes
de nuevo arman los cuerpos. Entretejen
tenaces
los perfiles.
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