como quien a mujer desnuda mira
he cruzado la calle.
Un taxi distraído a punto ha estado
de llevarse mis versos donde reina el silencio
y el pan de cada día que bajo el brazo llevo.
No hace falta gran cosa para perder la vida,
ni siquiera las grúas.
Basta un pedal, un pie y un verso desatento.
Existen mil maneras de morir.
Todas necias, un cambio de sentido
hacia parte ninguna.
No me pareció mal para morir la forma del
poema.
Lágrimas corren por mis mejillas al leer tus versos y a la vez un suspiro de alivio al saber que pudieron ser escritos. Sólo un segundo ..para arrebatar un sueño, sólo un segundo... para convertirlo en seis pesadillas. Un beso muy grande Blas. Olga.
ResponderEliminarNo tengo más remedio que quererte, Olga, aunque todavía no me hayas dado tu bolsa de aguacates. ¡Qué cosas más hermosas me dices! Gracias. Mañana podrás leer aquí un pequeño poema que te dedico desde mis pequeños paseos mañaneros. La vida es hermosa minuto a minuto. Un besazo. Blas.
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