Nunca sabré vivir de
otra manera,
pues las cosas me
dicen al oído
que no vale la pena
tanto empeño.
Sobrevivir contigo ya
es bastante.
Lentamente perdemos
los amigos.
De tiempo en tiempo
miro y alguien falta,
palabra y copa. Queda
en hondo hueco
un mundo ambiguo
cómplice del frío.
Me veo y me pregunto,
si me tocas
en el coche sentados
retornando,
cuándo será mi día
pues la muerte
sus pautas sigue como
muy bien sabes.
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