22 de enero de 2013

NO MUEREN DE DOLOR LAS ACEITUNAS NEGRAS


El olivo rebrota con el tiempo
si en sus raíces cálidas anidan
serpientes escondidas entre piedras.

No mueren de dolor las aceitunas negras,
esperan solamente la llegada
del alba y sus ocasos.

El arroyo recorre los barrancos
donde el jabalí bebe
y moldea sus huellas sobre el barro.

Las arrugas en mi rostro, recuerdo
de las horas, conocen de ti, Amor,
que eres suma de todas las luces de los álamos.

En mí se multiplica y cristaliza
la mar que colma
donde muestras lo azul de todo lo que vive.

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