15 de agosto de 2018

RITMOS


La felicidad no conoce
ni la angustia ni la tristeza,
que no está sujeta ni al dolor ni a la pena;
puesto que, aun en las cosas
más pequeñas, se busca lo que permite el goce
de disfrutarlas y poseerlas.

Boecio
El dolor por igual os recorrió.
Nacida de una boca sin garganta
la angustia
desnuda penetró en vuestra cama
como niebla que disuelve este monte,
la alcazaba y la roca en que se acuesta.

Cada ser se detiene en la mirada
de su soledad.
En vuestros labios mudos bailaba la existencia
al ritmo
de aquello que se asienta en un minuto
de afable intimidad pequeña y compartida.

Dicen que el tiempo acaba
borrando las heridas,
vosotros las llevabais enredadas en luz.
Por los curvos caminos de la muerte
anunciáis

la aurora: despertar del goce y la ternura.

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