Nuestros
hombros están avasallados
por
muchas cargas.
No
todo son recuerdos.
Puede
ser que un enano malicioso
esté
acurrucado en los rincones
de
nuestro hastío.
Leones
rientes tienen que venir,
encinas
de la vida y la esperanza
aguardan
las montañas.
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