De noche, cuando sientes tu pobreza
y crece en propio mar negra marea
quedan arena y vientre, sólo idea,
oscuro azar del agua. No hay belleza.
No hay columpios de sol en tu cabeza.
Dolor. El cuerpo solo el viento orea,
su desnudo secreto balbucea
con los huesos saciados de tristeza.
Un ruido de murciélagos desgarra
tu vivir. Es sombrío este oleaje,
marejada de turbias mariposas
como un estrés de moscas y cigarra.
De hormigas en cadena es el lenguaje,
tu piel se cuelga triste de las cosas.
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