22 de noviembre de 2020

JAMÁS VI TANTA LUZ

Jamás vi tanta luz

del otoño en un rostro como el tuyo.

Dabas luz al salón donde sonaba

el bullicio del mar en la guitarra.

Callado era el deseo y pensativo,

inmóvil como brisa llamando en la palmera.

La caricia que había de llegar

se atrevía a salir de la retina

que no se resignaba a la quietud.

Nos cobijaba todavía aquella

sonrisa cálida de tus labios suaves.

Fue aquel último día de noviembre

cuando el amor pidió asiento reservado.

Después vino la noche y el silencio,

y entre hojas secas 

el cierre de cancelas.

 

 

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