Desnuda la dejaron.
Arrancaron los tilos, extirparon raíles,
hurtaron los tranvías y el paseo,
quedó como una viña sin recursos.
Han corrido los años y la vida
de nuevo ha regresado,
de otra manera sin los grandes árboles
y su verdad de sombras.
Exactamente igual nunca volvemos,
seguramente más desnudos, mutilados.
Mas siempre quedará la nieve al fondo
y la luz de la tarde
donde los niños juegan con la música
que tiembla como un pájaro en el agua.
Van perdiendo mis ojos claridad
pero continuamente en mi retina
se bañan los colores de tu calle.
La vida hace balance. Es propio de la edad,
del desnudo vivir,
de las contradicciones.
A mis años me cuadran el debe y el haber
si tú vienes conmigo en mi paseo.
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