30 de noviembre de 2020

SE ME ESCAPAN LAS HORAS

Se me escapan las horas.

No se sienta en mi silla en la terraza

la hora de sentir tu desnudez 

entre mis brazos,

la hora de encontrar la luna allá en tus pechos

y matizar las áreas de la noche,

la hora de olvidar el campo desolado,

el aullido del lobo detrás de las encinas,

la infame soledad de los deseos.

 

Las horas peregrinan sin cesar

a la otra orilla

donde el alojamiento de la nada

olvidó despertarme

para seguir muriendo.

 

  

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