13 de agosto de 2012

LOS OJOS PUNTIAGUDOS DE LOS GATOS

Abrieron sus cerrojos
los ojos puntiagudos de los gatos
y ladró el perro fiel tras la cancela.

Mis piernas al llegar reciben la frescura
de la albahaca y el romero.
El solarium me espera como unos ojos nuevos
para enseñarme su cascada
y su paisaje inédito.
Tan cerca estoy del mar
que puedo ser aliento de los peces,
en columnas se esparce el humo por la vega.
Las flores amarillas  buscan ya mi presencia
en el barranco.
En las paredes blancas se acumulan 
las ramas del ciprés, el canto de los mirlos
y en el peñón de lejos
se desplazan las sombras de la tarde.

Mi noche llegará
ónice y azabache, como hembra sedienta
deseosa de crear su propio celo.

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