No enturbia la mirada del mar la luna llena,
ni siquiera mis lágrimas.
En estos días busca tu presencia
desesperadamente.
Inquieta y frágil,
como flor de lavanda
la luna es hoy regazo de las horas.
Agua y brisa están llenas de curvas luminosas
y amarillas. Se citan
a engendrar en la noche.
Lecho de vientos,
la luna lleva al mar
aromas de tu ropa y de tu pelo.
Se estremecen las casas del peñón, y la vega
sus hierbas tiñe en grana.
Parpadean las sábanas
desesperadamente.
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