Te vi dubitativa
como en gota
de lluvia
que acaba de
caer sobre la tierra,
como un ave
que sube a la colina
sin mapa de
su vuelo.
En el amor
las cartas son señales
de cálidos
futuros sin refugio,
los papeles
no borran las distancias
ni su eco
garantía de una eterna
plenitud sin
matices en la duda
o la
certeza.
El mar se
mueve en nuestras manos
como un vaso
de vino por los bares,
no pisa
barra firme
pero la luz
hace crecer
las sombras
de los peces.
La verdad
como el sol es peligrosa
si a tu piel
llega firme
pasado el
mediodía.
Si el universo
tiembla, no te asustes.
Tal vez sea
preciso
lanzarse al
agua
y que siga
su curso el flujo de los mares.
Lleva siglos
y siglos con su danza.
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