Yo
no mido la niebla sobre el valle
que
sitúa las casas como libros
empolvados
de vieja biblioteca,
cada
cual enclaustrado en sus historias.
También
a mí me envuelve
que
soy un ser sin nombre
el
humo denso y hueco de la vida.
No
importa lo que cuenten los cronistas,
todas
las nieblas son la misma nube.
Hay
que bajar muy dentro
hasta
palpar el fondo ardiente
donde
estás tú como ángel forestal
que
da sentido al tiempo y a la niebla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario