6 de mayo de 2019

COSQUILLAS

Medí tus pies sobre las palmas
de mis manos vacías.
Más tarde cosechaste las cosquillas,
como alegres gorriones golpeaban
con sus alas la puerta
y las ventanas
de tu piel encendida.
Reías.

Finalmente, tus risas contagiaron
mi piel,
la ciudad encorvada
obligada a vivir donde anidan las bóvedas.

La risa hace los cuerpos,
la queja los envía al filo de la acera.


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