14 de abril de 2019

UN PASEO DE RUIDOS ES LA VIDA

Transitan las mañanas por las mismas aceras,
pero serán distintas si se canjea la hora.

Te quedaste, mujer, entre las sábanas
soñando otros desnudos.

Camina la enfermera. No sé si va o vuelve,
se cansaron sus ojos de la noche.
Un rostro sosegado muestra el sol
verde en el tendedero.
Hace falta la lluvia,
el viento se llevó la nubes hacia el norte
y dejó por aquí las tierras secas
tocadas por colores del invierno.
En la fachada roja se sube una persiana.

Vuela la hoja en el viento artificial
del barrendero.
Nunca escribí su nombre
ni llegó a recoger entre sus hojas
el mío.

Ya han abierto los bares y el olor del café
remonta hasta las copas de los árboles
semidesnudos.
Circulan bicicletas como pájaros,
parpadea este abril.

Los niños en camino hacia la escuela
hablan con Nuba
la llaman por su nombre y ella acude.
Me voy quedando solo con los coches
que atraviesan las calles levantadas
y casi obscenas.

La vida es un paseo
de ruidos, lleno.
Consigo trae alguno un pentagrama.


2 comentarios:

  1. Precioso poema.....y ver el nombre de nuba me ha emocianado, al igual que verla cada mañana, un saludo Blas, la vida es un paseo y haberte encontrado ha sido un privilegio.

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  2. Muchas gracias por tu precioso comentario y por tu saludo. Es hermoso encontrarnos cada mañana y a mí me hace feliz. Un abrazo grande. Blas.

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